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LA MUJER DE LA MONTAÑA
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Asistí al pase con expectación. Primero, porque es una película islandesa poco habitual en nuestras carteleras. Segundo, porque el título me intrigaba. Salí del cine con el convencimiento de haber visto una buena e interesante película. Su director, Benedikt Erlingsson (Of horses and men), ya desde el mismo inicio nos insinúa los diferentes temas que van a ir apareciendo. Jugando con la ambigüedad de géneros y estilos, va presentado una concatenación de situaciones dramáticas impregnadas de humor unas veces o de un cierto surrealismo otras, pero siempre sugerentes, imaginativas, con un ritmo sostenido y con una mirada muy particular. Halla es una mujer que se ha propuesto declarar batalla a la industria local del aluminio que contamina la isla. Se rebela contra la idea de que su país se convierta en una franquicia de los intereses económicos que dominan el planeta. Para ello, inicia en solitario una serie de acciones con el objetivo de sabotear la línea eléctrica. Pero esta Halla reivindicativa, activista y destructiva se contrapone a la dulce Halla profesora de canto y maternal que ha solicitado adoptar a una niña huérfana ucraniana. Las dos conviven perfectamente gracias a la estupenda interpretación de Halldòra Genhardsdòttir que da la talla tanto en las escenas de acción como en las más emotivas. Aparecen, en los momentos más relevantes, tres músicos islandeses o un coro que interpreta canciones folklóricas de Ucrania y que estrechan los dos temas principales: el de la conciencia ecológica de Halla hacia Islandia y el de su futura hija de ucraniana.
Ecologismo, feminismo y sentido de la justicia unidos sin necesidad de panfletos ni de juicios valorativos.
P.D. Halla fue una bandolera islandesa del siglo XVII.
Núria Farré. facebook@cinemaperaestudiants.cat
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